Ir al contenido principal

Comentario / Las versiones de Ezra Pound


Eduardo Ainbinder - Revista Ñ. 31 de octubre de 2009, Buenos Aires -

Uno de los poetas más influyentes del siglo XX, escasamente traducido en el país.

Quizá nadie mejor que el poeta norteamericano Ezra Loomis Pound (1885-1972) para parafrasear las primeras líneas del Echeverría de Halperin Dongui: La más breve, la más sumaria de las historias de la poesía anglosajona del siglo XX sería inconcebible sin el nombre de Pound. Y si “il miglior fabbro” fue un punto de inflexión en esta poesía “no es porque lo haya decidido la suerte, sino que fue una elección deliberada del propio poeta que gustaba de meditar acerca de su misión, del papel que le tocaba desempeñar”. En una de las historias de la poesía norteamericana que más inclina la balanza a su favor, la poeta y crítica Louise Bogan dice que éste entró en la escena poética de la primera década del siglo veinte “como una poderosa, excéntrica e inagotable fuerza impulsora de la poesía” capaz de liderar movimientos, fundar revistas, traducir a los clásicos o corregir los textos de otros poetas. En la Argentina, a juzgar por la escasa cantidad de versiones de sus poemas, puede decirse que es poca la atención que se le prestó a su poesía hasta que en 1963 la Editorial Fabril publicó las numerosas traducciones hechas por Carlos Viola Soto. En los años cincuenta la poesía francesa y más precisamente el surrealismo acaparó el interés de nuestros poetas y los de la generación del cuarenta sumergidos en entonaciones elegíacas y un escaso interés por las renovaciones formales no parecían los más indicados para valorar su poesía. Sólo J.R.Wilcock tradujo dos de sus poemas y en 1944 Alfredo Weiss lo incluyó en lo que sería la primera antología de poetas norteamericanos publicada en el país.

La antología Argentarium, de reciente aparición, es una selección hecha por Jorge Aulicino de las traducciones que poetas argentinos hicieron de la poesía breve de Ezra Pound. Aunque, según aclara el antólogo, el libro no pretende ser exhaustivo, funciona como una breve historia de estas versiones, conteniendo desde aquellas primeras traducciones mencionadas en el párrafo anterior hasta las más cercanas en el tiempo a cargo de J.S. Perednik, Gerardo Gambolini, Jorge Fondebrider y el propio Aulicino –entre otros–, lo que además deja entrever cómo se intensificó el interés por la poesía y las ideas de Pound entre los poetas argentinos a partir de la década del ochenta.

El Pound de los poemas compilados en Argentarium no es aquel de las interminables alocuciones desde Radio Roma, ni el de los Cantos, sino el de sus primeros libros, publicados entre 1908 y 1926: A lume spento, Exultations, Lustra, Canzoni, Cathay, Hugh Selwyn Mauberley, Personae . Aunque ya hacen acto de presencia las que serían las obsesiones de toda su vida y algunos procedimientos que prenuncian sus famosos Cantos, como los que despliega en el poema “Provincia Deserta” lleno de referencias geográficas y arqueológicas, el Pound de este período es epigramático, contenido y todavía pendiente de la forma del poema. Ya turbado por “El pensamiento de qué sería América /si los clásicos tuvieran una amplia circulación”, valiéndole de la paráfrasis parece tener la capacidad de saltar de una tradición poética a la otra y al mismo tiempo compenetrarse con cada una de ellas, pero sin quedar atrapado definitivamente por la influencia de ninguna. Calzándose un traje de poeta ocasional para cada uno de sus textos, Pound por momentos es un poeta chino, en otros uno provenzal, y en otros uno de inconfundible tono personal en el que pide a sus cantos: “Salid y desafiad la opinión,/ id contra esta servidumbre vegetal de la sangre./ Estad contra toda forma de amortización ”.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Almas en movimiento

(Texto completo. Publicado en 1995 por Libros de Tierra Firme) Sabe Júpiter que no es posible ni verosímil que la material corporal, la cual es combinable, divisible, manejable, contráctil, formable, móvil y consistente bajo el dominio imperio y virtud del alma, sea aniquilable ni en punto alguno o átomo destruible... Giordano Bruno, “La expulsión de la bestia triunfante” 1. Habitaciones para turistas Química blanca En el alba rancia, en la mañana, en la luz que amansa, sin embargo llegan sonidos incongruentes, como rugidos, relinchos, quejidos, y se diría abajo hay campo, un roquedal, el mar, el patio de un cuartel. El hombre parido de la noche intranquila al día no se molesta en mirar por la ventana: encontrará, sabe, la calle, los árboles de siempre. Recita en voz baja, canta, se baña. Filtrados por las cañerías, los conductos de aire, sintetizados con otros más lejanos de trenes y gallinas, estos ruidos sonarán a qué en otros cuartos. Ha

Entrevista / La idiosincrasia del idioma

Martín Bentancor -  La Diaria, Uruguay  - 15 de septiembre de 2023 - Cuando joven, Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949) se formó como poeta –signifique esto lo que signifique– en el Taller Literario Mario Jorge de Lellis, espacio al que también asistían otros escritores en ciernes como Irene Gruss, Marcelo Cohen y Daniel Freidemberg. Cuando joven, también, se propuso entender lo que decían los poetas italianos en su propio idioma, iniciándose así su derrotero como traductor que, con los años, lo llevó a verter al español a Cesare Pavese, Eugenio Montale, Pier Paolo Pasolini y Luciano Erba, entre otros, además de publicar, en 2015, su impresionante versión en tres tomos de la Divina Comedia. Como periodista, durante décadas fue un animal de redacciones en agencias, revistas, diarios y suplementos, y en 2015 recibió el Premio Nacional de Poesía. Desde hace 17 años administra el blog Otra iglesia es imposible, que se actualiza a diario con poemas de autores que conforman una lista kilométr

Texto Completo / Cierta dureza en la sintaxis

Cierta dureza en la sintaxis (Texto completo publicado en 2008 por Selecciones de Amadeo Mandarino) 1 Cierta dureza en la sintaxis indicaba la poca versatilidad  de aquellos cadáveres; el betún cuarteado de las botas  y ese decir desligado del verbo; verbos auxiliares,  modos verbales elegantemente suspendidos, elididos,  en la sabia equitación de una vieja práctica. ¿De qué hablás, de qué hablás? Pero si fue ayer... Fue ayer... Estabas frente al lago de ese río:  qué lejana esa costa, qué neblinosa y mañanera.  Lo tenías todo, no te habías arrastrado en la escoria  de las batallas perdidas antes de empezadas, no andabas en el orín de estos muertos... Lo comprendo, no era el Danubio, era el Paraná que marea porque viene del cielo cerebral, pero aun así... ¿Se justifica la alegre inacción, el pensamiento venteado? Abeja: la más pequeña de las aves, nace de la carne del buey. Araña: gusano que se alimenta del aire. Calandria: la que  canta la enfermedad y puede curarla. Perdiz: ave embus